domingo, 7 de noviembre de 2010

Inversión térmica

En un libro de Mariano Medina, hombre del tiempo en TVE durante los años 60 y 70, y que recomendaré en el siguiente post, el autor comenta lo siguiente:
[...] los anticiclones suelen producir buen tiempo. Lo que es debido a que, en ellos, el movimiento natural del aire es hacia abajo, descendiendo y apretándose contra el suelo. Esto impide la formación de nubes y recalienta, al comprimirlas, las capas bajas del aire. El fenómenos se conoce como “subsidencia de las capas de aire”. Al no haber nubosidad, la tierra radia su calor durante la noche, hacia el espacio frío. Cuando las noches son largas, como ocurre en invierno, se enfrían mucho el suelo y el aire en contacto con él. Entonces aparece una capa aérea en la que la temperatura es muy baja junto al suelo y crece al ascender: es lo que se llama una “inversión de temperatura”. El límite superior de esta capa actúa como una especie de tapadera que impide los movimientos verticales del aire hacia arriba; todo el polvo y los humos se acumulan debajo de ella, enturbiando la atmósfera y dando lugar a que aparezca la “calima”.
[...] en cualquier caso es un fenómeno que favorece notablemente el aumento de la contaminación atmosférica en las capas bajas; porque no solamente no hay ventilación vertical, sino acumulación de impurezas en las proximidades del suelo. Si el fenómeno ocurre en un valle donde abunden “fuentes” de humos (chimeneas de fábricas, motores de explosión numerosos…) y el anticilón permanece varios días, el aire llega a hacerse irrespirable y, a veces, muy tóxico.
Mariano Medina, 1988 (séptima edición)
Estos días, en el camino de vuelta desde el instituto, se podía ver claramente este fenómeno gracias al humo producido por la quema de rastrojos. Este humo ha permanecido en el aire, días hasta que un frente asociado a una borrasca limpió el aire. El aire caliente de la fuente del humo se va enfriando mientras que, al subir, se encuentra con aire cada vez más caliente y no más frío como sería lo normal, de ahí el nombre de inversión térmica. El humo sube hasta que su temperatura se equilibra con la del aire que le rodea y es incapaz de elevarse más. El aire que tiene encima actúa como tapa.

Capa de aire sucio en situación de "inversión térmica".

Capa de aire sucio en situación de "inversión térmica".

En este se puede ver una "fuente de humo" y cómo este humo queda estabilizado a una altura debido a la inversión térmica.

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